La jardinería ha sido considerada demasiadas veces como tradicionalista, ñoña, anticuada, e incluso para los verdes, como conservadora. Pero la jardinería no es una corriente política ni una ideología. Es como decir que la pintura o la arquitectura son tradicionales y conservadoras, cuando todos sabemos que pintó Velázquez, pintó Picasso y también pinta Miquel Barceló. Lo mismo que es una obra arquitectónica la catedral de Burgos y también lo es el museo Guggenheim de Bilbao. Pero la jardinería, yo creo que por ignorancia, cae toda en el mismo saco.
La jardinería particular puede a veces representar un estatus y ser ostentosa, como también lo puede ser comprar una mesa de mármol victoriana en lugar de comprar en el almacén de bricolage una mesa de madera de pino que montamos nosotros mismos. En la pared de casa podemos poner un poster de una reproducción de Warhol o podríamos poner un Renoir auténtico, que seguro que será mucho más ostentoso. Incluso podemos poner una lámina recortada de un calendario en el mismo lugar donde podríamos tener nuestro Renoir. Todos sabemos ver las diferencias, ¿no? Bien, pues como antes, la jardinería sea de una tipología o de la otra, suele caer en el mismo saco.
Sabemos la mayoría que existen bombillas de bajo consumo, electrodomésticos de bajo consumo energético, que las lavadoras tienen programas para gastar menos agua, que hay coches que contaminan más que otros y que hay vehículos eléctricos, sabemos que hay energías más limpias que otras. Pero la jardinería es igual para todos (cuando se prohibió regar a causa de la sequía nadie se preocupó de saber qué jardines se podrían regar y cuáles no).
Pero la jardinería no se puede poner toda en el mismo saco. Existen jardines clásicos, neoclásicos, renacentistas, modernistas, paisajistas, minimalistas, conceptuales, verticales, de guerrilla, independientes o anti-sistema. Incluso en las principales ciudades donde se cuecen las tendencias han surgido movimientos de jardinería crítica en contra de la jardinería tradicional. Existen obras de grandes jardineros al lado de jardines públicos que no desentonarían como decorado de fondo en programas de tele-basura, jardines de casas adosadas hechos a base de tirar de los servicios de cualquiera que lleve tijeras de podar en la mano y jardines del \\\\\\\'hágaselo usted mismo\\\\\\\', jardines que se hacen con ilusión y jardines que cubren apariencias. Existen jardines que gastan agua y fertilizantes y jardines ecológicos, existen jardines de bajo consumo de agua, incluso jardines de elevado contenido tecnológico donde el crecimiento de las plantas se monitoriza con sensores. Algunos jardines fomentan la biodiversidad mientras otros se nutren de plantas invasoras. Existen jardines calculados para reducir las emisiones de CO2 de los edificios, jardines que filtran aguas grises y jardines en las azoteas y paredes de las casas que nos permiten ahorrar energía.
¡Es una lástima que la jardinería bien hecha se valore tan poco!
(LAVANGUARDIA.ES)